El radar de impulso electromagnético es un sistema complejo y tecnológicamente avanzado capaz de indagar los terrenos con notable detalle hasta profundidades de aproximadamente 40 metros, dependiendo esto de múltiples factores.
Los resultados de los trabajos de investigación representan cortes verticales del subsuelo, permitiendo así individualizar la presencia de materiales metálicos, basamentos de cemento, tuberías, cables, cavidades, pérdidas de líquidos, reconstrucciones estratigráficas y anomalías en general.
El radar está constituido por un transmisor de impulsos electromagnéticos, de banda ancha, y su correspondiente receptor.
El radar esta compuesto por:
En general las ondas electromagnéticas tienen la capacidad de desplazarse tanto en el aire como en un medio material; en nuestro caso el objeto principal de investigación es el suelo. Lo que cambia, a grandes rasgos es la velocidad de propagación, siendo en el aire igual a la velocidad de la luz y en un medio material igual al cociente entre la velocidad de la luz y la raíz cuadrada del dieléctrico del medio.
La onda es transmitida al suelo por medio de una antena, emisora, y las ondas reflejadas en el mismo recibidas por una antena receptora. En la práctica la mayoría de las antenas son fabricadas instalando la unidad receptora y la emisora en un mismo módulo. La señal enviada a la antena desde el aparato transmisor está constituida por un impulso de una duración limitada y el tiempo de escucha del sistema se selecciona en función de los objetivos del estudio.
La elección de la antena a utilizar está en función del objetivo de la investigación, y de los parámetros eléctricos del terreno, conductividad eléctrica y permeabilidad magnética. La profundidad de penetración de la señal del radar es función de una serie de factores siendo los más importantes:
Parte de la energía transmitida por la antena será entonces reflejada por los cuerpos sepultados o por las discontinuidades geológicas eventualmente presentes, y será recibida por el receptor.
La energía del impulso reflejado será directamente proporcional al contraste del valor de los parámetros físicos entre el cuerpo sepultado y el terreno que lo contiene. El radar mide tiempos y para obtener las profundidades, en unidades de distancia, de las anomalías observadas se debe realizar una conversión tiempo/profundidad mediante:
En la práctica, la ejecución del estudio se realiza de la siguiente forma:
El sistema de adquisición es transportado por un vehículo apropiado y se conecta a la antena mediante un cable de comunicación.
El sistema proporciona un perfil interpretable, en modo adquisición, y guarda los datos en forma digital (32 bits) para permitir, en caso de ser necesario, la aplicación de distintos filtros para facilitar la interpretación. La prospección GPR tiene, con respecto a otras técnicas geofísicas disponibles, las siguientes ventajas: